Ser puro y mantenerse puro, sólo se logra pagando un precio: conocer a Dios y amarlo lo suficiente para hacer su voluntad. El señor nos dará la fuera que necesitamos para guardar la pureza como algo hermoso para Dios.
Un corazón puro es el portador del amor de Dios, y donde hay amor, hay unidad, gozo y paz
Madre Teresa