Nuestra oración quedará siempre como una lucha para llegar a amar más y mejor a quien vive a nuestro lado, día a día. Por tal razón, nunca nos cansemos de pedir al Señor: Enséñanos a orarö.
Artículos relacionados
Otros libros del autor
Otros clientes también compraron
Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceros, para mejorar su experiencia de navegación. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Más información