Teresa de Lisieux, nacida el 2 de enero de 1873, muere a la edad de 24 años, el 30 de septiembre de 1897. Ahora es uno de los personajes más luminosos en la historia de la humanidad. Conocida y valorada por cristianos y no cristianos en el mundo entero, ejerce un magisterio espiritual de alcance universal. Por ello, san Juan Pablo II la declaró doctora de la Iglesia el 19 de octubre de l997. Su riqueza personal no se limita al aspecto espiritual.
También su dimensión humana se demuestra ejemplar. Si, así es: Teresa de Lisieux se nos ofrece como un modelo de desarrollo humano, porque ha hecho un recorrido desde la inmadurez casi neurótico hasta su plena realización como persona.