El Papa Juan XXIII permanece en la memoria de los ancianos y en los cuestionamientos de los jóvenes. Se le recuerda en los momentos de sacudidas políticas y sociales, que cambian, de un día para otro, el rostro de los pueblos y las estructuras de la sociedad. Su nombre emerge constantemente, unido al de Pablo VI y Juan Pablo II, en los debates intereclesiales y en los coloquios ecuménicos.